Totalmente empapado, tiembla expuesto a la impía brisa matutina.
Apenas logra morder el limón arrancado como por instinto.
¡No! -piensa confuso- …eso sólo hará más agrio el final…
Amanece.
Desfalleciente, suelta el fruto y deja caer los brazos, su cabeza se inclina.
En el oscuro caserón se enciende la primera luz, mientras la suya se va apagando. Amanece.
Desfalleciente, suelta el fruto y deja caer los brazos, su cabeza se inclina.
-¡Estúpida bestia bruta!- …son las últimas palabras que oye como perdiéndose en el éter que parece transportarlo.
Ya no oye lo que sigue:
-¡¿Otra vez te olvidaste de entrar al abuelo?!-
De la serie "Bestiadas" (2012)
G. Porten
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