18 septiembre, 2023

La ira

Blandiendo el machete ensangrentado, con el ritmo cardíaco fuera de control, enrojecido su rostro, salpicado con sangre y chorreando sudor, contempla la mano que tiene en la mano.
Incapaz de contener la furia interior, vuelve a impulsar la herramienta apuntando sin compasión; si la mano derecha, entonces el pié izquierdo, piensa furioso ... y por último el golpe entre las piernas, el más tremendo y tajante, el más humillante, ¡para mal mayor! Nada mortal. Que sufra por años, que la vejez no lo mutile peor.
Que estalle en horrores y le falle el suicidio; que quede postrado, ciego y sin voz.
Indefenso el maldito, lo mira aterrado, esperando la muerte que lo esquiva esta vez. Sus triviales pecados tan iterados, han mudado de cuerpo, se han desbordado; habitan ahora en el iracundo feroz.

De la serie "Pecados capitales"
G. Porten

No hay comentarios.:

Publicar un comentario